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Vi que las piedras no ofenden
y de tanto en tanto
quise ser piedra.
Vi que los árboles no juzgan
y de tanto en tanto
quise ser árbol.
Vi que las águilas no se sienten culpables
y quise también ser águila
de tanto en tanto.
El águila
ni quiere ser piedra
ni quiere ser árbol,
sólo águila.
Águila, te pido perdón
y te doy las gracias.